Conversión de San Pablo, patrón del Arciprestazgo
El 25 de enero celebramos la Fiesta de la CONVERSIÓN de San Pablo, Apóstol y patrón de nuestro Arciprestazgo. Una oportunidad para dar gracias a Dios por el regalo de este gran evangelizador y misionero "ad gentes".
VOCACIÓN. En el camino hacia Damasco, a inicios de los años treinta, según sus palabras, fue «alcanzado por Cristo Jesús» (Filipenses 3, 12). Mientras Lucas cuenta el hecho con abundancia de detalles, en sus cartas va directamente a lo esencial y habla no sólo de una visión (Cf. 1 Corintios 9,1), sino de una iluminación (Cf. 2 Corintios 4, 6) y sobre todo de una revelación y una vocación en el encuentro con el Resucitado (Cf. Gálatas 1, 15-16). De hecho, se definirá «apóstol por vocación» (Cf. Romanos 1, 1; 1 Corintios 1, 1) o «apóstol por voluntad de Dios» (2 Corintios 1, 1; Efesios 1,1; Colosenses 1, 1), como queriendo subrayar que su conversión no era el resultado de bonitos pensamientos, de reflexiones, sino el fruto de una intervención divina, de una gracia divina imprevisible. A partir de entonces, todo lo que antes constituía para él un valor se convirtió paradójicamente, según sus palabras, en pérdida y basura (Cf. Filipenses 3, 7-10). Y desde aquel momento puso todas sus energías al servicio exclusivo de Jesucristo y de su Evangelio. Su existencia se convertirá en la de un apóstol que quiere «hacerse todo a todos» (1 Corintios 9,22) sin reservas.
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